Hoy
me siento aire.
Casi seguro
mañana seré espuma,
que no aire.
El motivo hasta yo
lo desconozco.
Ah, quizá...
Nah, no merece la pena.
Pues eso, que
mañana seré aire,
que no espuma.
Recuerden, recuerden. Nunca dejen de buscar el sonido del silencio, pese a que lo más cercano que estarán ustedes de él será en sueños; pero no en los propios, sino en los de las palabras, que anhelan sentirse vacías.