Supuestas lecturas

sábado, 7 de enero de 2012

(No) confieso quién soy

Hoy
me siento aire.
Casi seguro
mañana seré espuma,
que no aire.
El motivo hasta yo
lo desconozco.
Ah, quizá...
Nah, no merece la pena.
Pues eso, que
mañana seré aire,
que no espuma.

Normal. Es odio

Las paredes me odian.
Deben estar ya 
cansadas
de las gotas
incrustadas
en su piel.
Pasan las hormigas 
acongojadas 
de la vibración 
de una suela ajena.

Normal.
Ha llegado el día
de volver.

Miradas verticales

Siento que
tus verticales pupilas
brillantes, incandescentes
se asfixian en una nada
cualquiera.
La mirada más deseada
se consume sin remedio.
Nadie la podrá sustituir.
¿Me oyes? Nadie.
Sólo algo.
Pero tu color blanquecino
y níveo
no condicionará a tu decadencia.
Sólo algo.
Algo dirigido a alguien,
que es escoria,
escoria
y nada.

miércoles, 4 de enero de 2012

El ayer no es el hoy

¿Sabes?
Todos conocemos el momento
de nuestra muerte 
minutos antes de que llegue.
Tengo la certeza de que 
ese cuerpo
marcado por las arrugas de la sabiduría
 siente un no sé qué 
que le hace sentirse próximo
a ella.
Pero, ¿sabes?
No lo dicen.
Es algo lógico
el porqué no lo dicen.
Lo suprimo por su obviedad.
El problema viene ahora, tiempo.
Tú has creado máquinas
incapaces de evitar
el dolor ajeno,
de guardar para sí 
su dolor, sin ser conocedores
de la mentira piadosa
que todo lo cura.
Pero, ¿sabes también?
Los tomarán por locos
si en algún momento declaran
estar acercándose 
a esa oscura muerte
que no perdona.

Bienvenido a tu muerte

Siéntate y ponte cómodo.
Disfruta de cómo tu vida
es un cigarro,
que a cada acto
enciende una llama
de placer
mientras apaga la esencial
de vivir.
No respires.No hables.
No lo hagas.
Tus cremosos dientes blancos
sólo provocan euforia, aún más
rabia.
No pienses.
Sobre todo no pienses.
No lo hagas porque,
¿sabes?
eso hará más cercana
tu malaventurado destino.
Simplemente oye
y escucha
cómo te doy la bienvenida
a tu nefasta y merecida muerte.

Chapoteo entre tus ojos

Suenan los ojos cerrados
después de tumbar al miedo
tras comerse el tiempo muerto
al que me dediqué por la noche
en sueños.
Resultó ser 
el mejor suspiro frío
aquel enterrado
entre las uñas de tus manos.
Como las alas de aves escondidas;
precavidas palomas que toman su vuelo,
extrañándome yo
del cambio de interrogación,
ya no digo: 
¿Hacia dónde vuelan?
sino:
¿De qué huyen?

Chapotean los aires en tu boca
mientras las plumas rebeldes
te acarician tu sonoros ojos,
aún
cerrados.

lunes, 2 de enero de 2012

Asuntos pendientes con la noche

La veo y me observa.
La contemplo y me mira.

Resulta que en la noche 
todo se vuelve vulnerable.
El aire puede parecer manso,
la lluvia puede amainar, 
la luz puede ocultarse.
Pero ocurre también
que el aire comienza su vida
en la más siniestra de las esquinas,
que la lluvia llega a su apogeo
en la máxima ausencia de luz,
que la luz se siente cobarde
ante tal magnitud.

Pero sucede que
en la noche todo es
andar,
y que el camino del
soñar
se vuelve más frágil.
Aunque sucede también que
las jornadas más solitarias
se muestran en el anochecer.

Se muestra también
tenebrosa y maleante
ante mi miedo por el mañana.
Se muestra también
acogedora y mimosa
ante mi libertad por el atardecer.

Asuntos pendientes con la noche
son los que me perturban la mente.

Soñar es amar

Soñé con quitarte el alma
a lametones
sin que el desgaste
provocara ardores.
Con crear ríos en el limbo
 de tu ombligo
creando artes bajo
el abismo.
Soñé con beber
el jugo también
del roce de tus caderas
con el vaivén.
Con quemar tu mente
sólo con el gesto
de un beso en la frente.
Con probar a qué saben
las uñas color ceniza
que se consumen
con el aire deprisa.

Soñé tantas cosas
en las noches blancas
que tomar agua del aire
olvidé.
Mas, ¿sabes?
Desperté.