Me tuve que detener hace apenas tres minutos
en un banco
cercano al origen del futuro paro
cercano al origen del futuro paro
para asimilar lo que estaba viendo.
Tengo delante de mí
hombres-sin-piedad
que no les dejan crecer,
a ellos,
por qué.
Usan complejas máquinas
que me atolondran
aún más si es posible
en este mundo de caos,
en este yo caótico.
Se ponen armaduras craneales
para evitar el ruido del dolor.
Si te duele,
no lo tapes,
ni lo evites; desiste.
Las cortan.
¿Pueden decirme
por qué cortan aquello
que desean se prolongue?
El frescor y vida de un día cualquiera
ha sido obligado
y convertido
en uno frío, apagado.
¿Por qué obligáis a que un día
se torne diferente a como quiere amanecer?
Si ellos mismos quieren vida,
que la tengan.
No les obliguéis a ser algo
que nadie quiere.
Me da impotencia el ver
las diminutas ramas
que caen como plumas
cuyo final es el choque
contra el duro y áspero asfalto.
Sigo mi camino.
No hay nada más que hacer.
Han creado un nuevo día.