-Dame tiempo para comprender lo que quieres de mí.
-Confía en mí. Es crucial para mi bienestar.
-No te enfades conmigo y me encierres como castigo.
-Háblame. Aunque no entiendo tus palabras, entiendo tu tono de voz cuando me hablas.
-Sea como sea tu comportamiento hacia mí, ten en cuenta que nunca lo olvidaré.
-Antes de que me golpees, ten en cuenta que mis mandíbulas podrían hacerte mucho daño; sin embargo, no lo hago.
-Antes de que me regañes por ser flojo o poco cooperativo, piensa que ha podido hacerme daño la comida, que he estado demasiado tiempo al sol o que mi corazón está cansado.
-Encárgate de mí cuando envejezca; tú también envejecerás algún día.
-No me abandones en mi último viaje. Nunca digas "no puedo resistirlo", "ojalá que ocurra en mi ausencia", porque todo es más fácil si tú estás aquí.
Recuerda que yo sólo te tengo a ti.
