Recuerden, recuerden.
Nunca dejen de buscar
el sonido del silencio,
pese a que lo más cercano
que estarán ustedes de él
será en sueños;
pero no en los propios,
sino en los de las palabras,
que anhelan
sentirse
vacías.
Quizá no tengas los dientes perfectos, ni la sonrisa más bella del mundo.
Pero cuando la muestras, enseñas tu felicidad.
Y tu felicidad es perfecta para mí.